La inteligencia emocional es una habilidad que se ha vuelto indispensable en los negocios de hoy en día; pero lo que sucede es que, en reiteradas ocasiones, los dueños y dueñas solo se percatan de las finanzas, la economía del comercio, la contratación de empleados, los acuerdos con proveedores y se olvidan de la parte emocional que viene ligada a esto, la cual también hay que desarrollar con perseverancia y atención.
Según P. Mayer y J. Salovey, la inteligencia emocional es, ni más ni menos, que la habilidad de percibir, expresar y valorar las emociones con exactitud para generar sentimientos que faciliten y mejoren el ambiente de trabajo mediante la comprensión y el entendimiento. Utilizando esta herramienta vas a poder conseguir resultados gracias a la introspección personal.
En este artículo aprenderás a evaluar desde adentro hacia afuera para obtener increíbles beneficios en tu negocio.
¿Por qué es tan importante en el trabajo?
Como muchos de ustedes ya se habrán dado cuenta, la inteligencia emocional (IE), juega un rol determinante en la toma de decisiones en el ámbito laboral a la vez que afecta directamente la cadena de mando.
Sabemos que un empleado motivado puede trabajar de forma mucho más eficiente, detallista y minuciosa que uno que está estresado y preocupado, o hasta enojado con su empleador.
Como dueño o dueña de negocio, debemos poseer una IE para gestionar, motivar y dirigir a los miembros de nuestro equipo de trabajo, entendiendo que son seres humanos con emociones y sentimientos; tratándolos de forma acorde e interactuando tranquilamente.
Por ejemplo, si hay un problema en el trabajo y usted, como líder, se enoja con los empleados, los critica y les responde de forma incorrecta generará un ambiente tenso y molesto para el resto del equipo; cuando lo que verdaderamente debería hacer es respirar, tomar las cosas con calma, evaluar el problema detenidamente y hablar con el empleado que generó un inconveniente en privado, para que esto no arruine la dinámica del equipo.
Con ese sencillo ejemplo podrás entender cómo, gestionando y manejando tus emociones de forma inteligente, los problemas se resuelven de manera más efectiva.
Con la inteligencia emocional buscamos descubrir cómo la autogestión de las emociones puede maximizar el potencial y desempeño.
Habilidades clave de la IE
Dentro de la inteligencia emocional hay cuatro habilidades importantes a tener en cuenta.
La primera es la autoconciencia, que se basa en reconocer nuestras propias emociones y los efectos que estas tienen en nuestro cuerpo o en nuestro entorno. Si le prestamos la debida atención, nos daremos cuenta que esto nos permite reconocer nuestras fortalezas y limitaciones en el ámbito laboral.
La segunda se llama autorregulación, y significa poder mantener el control en situaciones criticas y estresantes, sin dejarse dominar por las emociones, siendo flexibles y honestos.
En tercer lugar tenemos la empatía, esta es una habilidad imprescindible para comprender los sentimientos y puntos de vista de los demás, pues hace alusión a ponerse en el lugar del otro y anticiparse a las necesidades de los empleados o de los clientes.
Y por último tenemos la habilidad social, dentro de esta categoría entran todas las habilidades que nos permiten expresarnos de forma adecuada para informar y escuchar a otros. Así como enviar mensajes convincentes, resolver conflictos y desarrollar relaciones basadas en la confianza mutua.
¿Cómo influir en otros?
Motivar a los demás correctamente es, en ocasiones, un reto; pero si lo consigues siempre será una relación de ganar/ganar; pues tu éxito se relaciona directamente con tu habilidad para que las personas hagan lo que les pides.
Hay que hacer una pausa en este punto y entender que influenciar NO se trata de manipular a los demás, el primero se basa en variar el punto de vista pero dejando que esta persona sea quien decida al final lo que quiere hacer. En cambio, la manipulación consiste en utilizar cualquier treta para conseguir que alguien piense como nosotros queremos, sin su beneficio y con fines egoístas.
Entonces, con esta aclaración, podemos comprender que como dueño de un negocio puedes interactuar con tus empleados y guiarlos por el camino correcto para que trabajen motivados en el día a día.
Un claro ejemplo de esto sería: En el caso de que tengas un negocio de herramientas, con varios empleados y llegue un cliente que quiera devolver una herramienta que adquirió.
Tu tarea es conversar, interactuar y dialogar calmadamente para lograr una rápida solución. Capacita a tus empleados para que se mantengan tranquilos y le consulten al cliente los motivos de esa decisión. Tal vez es un mal uso de la herramienta y en ese caso una buena explicación evitará el cambio; incluso si no pueden evitar que devuelva el producto, mantengan en todo momento una actitud positiva y una comunicación asertiva.
Brindarle un balance a la mente, los pensamientos y el espíritu para trabajar en armonía y sincronicidad debe ser tu meta al influir en los demás. En nuestro artículo de 6 consejos para desarrollar la comunicación asertiva hay claves para desarrollar una excelente comunicación que te ayudarán con este concepto.
Aprende a comunicar lo que quieres decir
Una técnica muy utilizada en los negocios son las tres E: Empatía – expresión y entendimiento.
Debemos desarrollar estas habilidades en nosotros mismos antes de poder trasmitirlas a nuestros empleados. Para conseguirlo podemos hacer una introspección personal y evaluar las situaciones en donde hemos tenido una buena comunicación y respuestas positivas de nuestros empleados; y las situaciones en las cuales las cosas no han ido tan bien.
Analizando cuidadosamente esto, seguro encontraremos que muchas veces fue una falta de comunicación lo que provocó el problema en sí, pero una carencia total de inteligencia emocional lo que demoró la solución del conflicto.
Para evitar problemas de comunicación con tu equipo de trabajo en el futuro, debes aprender sobre el autocontrol y la necesidad de tener una actitud positiva en todo momento que estes comunicando algo, ya sea un cambio de horarios, una queja de clientes, una corrección a uno de los trabajadores, etc.
Conclusión:
Cuando modificamos nuestra percepción de las cosas y la actitud que adoptamos en cada situación, el entorno cambia también. Es nuestra decisión tanto si queremos aprender a transmitir las ideas y decisiones de forma correcta, como si reaccionamos inteligentemente con situaciones que pueden ser molestas en el ámbito laboral.
Para poder mejorar el ambiente de trabajo, utilizando la inteligencia emocional para la resolución de problemas y la toma de decisiones; primero debemos modificar como actuamos en nuestra vida diaria.